Carlos White
Gerencia Desarrollo SQMC
El fósforo es un elemento vital para la agricultura y el desarrollo de los seres vivos del planeta. Forma parte de la cadena alimenticia y es transferido de un organismo a otro. Además, es un actor principal en innumerables reacciones químicas, dentro de compuestos minerales que, por su parte, pueden dar origen a moléculas orgánicas tales como proteínas y lípidos, entre otros.
Dentro del reino vegetal, el fósforo se encuentra formando estructuras de los fosfolípidos y ácidos nucleicos presentes en las células de todos los seres vivos, destacando su directa relación con los rendimientos y contenidos nutricionales de los cultivos, que luego pasarán a ser alimentos para los seres humanos.
Las personas obtienen el fósforo para su propio requerimiento de forma directa o indirecta a través de los alimentos vegetales que absorben este nutriente desde la solución de suelo, incorporándolo a sus estructuras, o a través de proteínas animales (quienes lo obtienen a través de los alimentos vegetales).
Normalmente, el suelo puede contener niveles adecuados de fósforo para sostener la vida vegetal, sin embargo, en la producción agrícola, es común que sea insuficiente para suplir la demanda de los cultivos, sobre todo en superficies cada vez más restringidas. El constante aumento en los potenciales de rendimiento de los cultivos genera una mayor demanda o necesidad de extracción de fósforo, y por esta razón, para lograr alcanzar la cantidad necesaria en el suelo, se efectúan aportes de forma exógena vía Fertilizantes Minerales Fosforados.
Estos fertilizantes históricamente utilizados a nivel mundial han sido clave para el aumento de productividad en los suelos. Son de gran utilidad por su mayor concentración, rápida disponibilidad del mineral y aplicabilidad. Su utilización busca por una parte subir los niveles basales de los suelos y suplir el requerimiento de los cultivos, y a su vez, un manejo sostenible para lograr la seguridad alimentaria a largo plazo.
Origen de los Fertilizantes Fosforados
Los Fertilizantes Minerales Fosfatados provienen del material llamado roca fosfórica. Este, a su vez, es generado principalmente de depósitos sedimentarios que se originaron por la acumulación durante miles de años de huesos y dientes de animales marinos. De esta forma, su proceso de formación geológica es muy lento y lo puede llevar a una disponibilidad finita, por lo tanto, el uso eficiente de este recurso se hace fundamental.
Por otra parte, los yacimientos de roca fosfórica también pueden venir en un menor porcentaje de fuentes ígneas de origen volcánico que normalmente tienen una baja participación en la producción mundial de fertilizantes.
La industria transforma rocas fosfóricas, con un bajo contenido de fósforo soluble, en Fertilizantes Minerales Fosfatados que entregan formas iónicas aprovechables inmediatamente por las raíces, absorbiéndolas del suelo mediante la forma de ión ortofosfato primario o secundario (H2PO4–, HPO42-) dependiendo del pH del suelo.
La roca al ser tratada con productos de bajo pH, como los ácidos obtenidos de procesos de otros minerales, produce en primera instancia el ácido fosfórico, base soluble del fósforo. Si este ácido se mezcla con amoníaco (NH3) proveniente de la fijación sintética del Nitrógeno ambiental en el proceso Haber-Bosch, se obtiene el Fosfato Monoamónico (MAP) y el Fosfato Diamónico (DAP), todo esto dependiendo de la relación entre los reactantes que se mezclen.
Por otro lado, si el Ácido Fosfórico se hace reaccionar con la misma roca original, se obtiene Superfosfato Triple (TSP).
Estos procesos buscan concentrar el fósforo y, a la vez, aumentar la disponibilidad inmediata de este elemento para un amplio rango de pH de suelo, reflejándose en la solubilidad del nutriente tanto en agua como en ácidos orgánicos simples.
Conclusiones
Los Fertilizantes Minerales Fosfatados tradicionales, ampliamente utilizados a nivel mundial, se generan en su gran mayoría a partir de diferentes procesos relativamente simples que se aplican sobre la roca fosfórica como base, la que proviene principalmente de acumulación de restos orgánicos de hace millones de años, mezclado con otros nutrientes minerales y energía. Su disponibilidad es finita, por lo tanto, cobra relevancia seguir aumentando su eficiencia para una utilización sostenible de este vital elemento, indispensable para la producción de alimentos.
La clave de la utilización de las diferentes fuentes de fertilizantes fosfatados, es la mantención de niveles adecuados del nutriente en los suelos a lo largo del tiempo, permitiendo que estos logren sustentar los requerimientos de los cultivos, la vida nativa del suelo, y seguir suministrando una mayor cantidad de alimentos para una creciente población mundial.