Ingrid Castro U.
Ingeniero Agrónomo
icastro@cooprinsem.cl
Directora Centro de Laboratorios
Cooprinsem
El ensilaje de maíz es una de las principales fuentes de alimento para el ganado en sistemas de producción lechera y de carne. Su valor nutricional depende de diversos factores que influyen en la composición final del forraje ensilado y en su aprovechamiento por parte de los animales. A continuación, se presentan los principales factores que afectan la calidad nutricional del ensilaje de maíz.
1. Elección de la variedad de maíz. La selección de la variedad adecuada es fundamental para obtener un ensilaje de alta calidad. Existen diferencias significativas entre variedades en cuanto a la digestibilidad de la fibra, el contenido de almidón y la proporción de materia seca. Las variedades con mayor contenido de grano y mejor digestibilidad de la fibra generan ensilajes con mayor energía disponible para los animales.
2. Momento de cosecha. El estado de madurez del maíz al momento de la cosecha influye directamente en su valor nutricional. Se recomienda cosechar el maíz cuando la materia seca está entre el 32 % y 38 %. Un contenido menor de materia seca puede llevar a fermentaciones deficientes y mayores pérdidas de nutrientes, mientras que un contenido superior puede dificultar el compactado y la fermentación adecuada.
3. Proceso de picado y compactación. El tamaño de picado afecta la digestibilidad del ensilaje. Un picado adecuado (entre 1 y 2 cm) facilita la compactación, reduciendo la presencia de oxígeno en la masa ensilada y favoreciendo una fermentación anaerobia eficiente. La compactación deficiente permite el crecimiento de microorganismos no deseados, lo que deteriora la calidad nutricional del ensilaje.
4. Uso de inoculantes y aditivos. Los inoculantes biológicos, como bacterias lácticas, ayudan a mejorar la fermentación y reducir las pérdidas de materia seca. Otros aditivos, como los absorbentes de humedad o los conservantes, pueden mejorar la estabilidad aeróbica del ensilaje y reducir el crecimiento de hongos y levaduras.
5. Almacenamiento y manejo del silo. Un almacenamiento adecuado es clave para preservar la calidad del ensilaje. El silo debe estar bien sellado con plásticos de alta calidad para evitar la entrada de oxígeno y reducir las pérdidas por fermentaciones indeseadas. Además, la extracción del ensilaje debe realizarse de manera uniforme para evitar la exposición prolongada al aire, lo que podría generar deterioro por crecimiento de microorganismos aeróbicos.
6. Presencia de micotoxinas y contaminantes. El desarrollo de hongos en el ensilaje puede dar lugar a la producción de micotoxinas, que afectan la salud del ganado y disminuyen la ingesta de alimento. Un buen manejo del cultivo, evitando daños mecánicos a las plantas y utilizando fungicidas cuando sea necesario, puede ayudar a minimizar este riesgo.
Análisis nutricional del ensilaje
Realizar análisis nutricionales periódicos es fundamental para conocer la composición del ensilaje y optimizar la dieta del ganado. Con esta información, los productores pueden ajustar la suplementación con otros forrajes o concentrados para mejorar el rendimiento animal. Se recomienda realizar análisis nutricionales al menos una vez por temporada de ensilaje, luego de estabilizado el ensilaje esto es 28 a 30 días luego de su elaboración. Lo ideal es analizar cada vez que se abre un nuevo sector del silo. Esto permite identificar variaciones en la calidad del forraje y realizar ajustes en la alimentación del ganado de manera oportuna.
Un ensilaje de maíz de alta calidad debe cumplir con los siguientes valores aproximados:
Materia seca: 32 – 38 %
Proteína bruta: 7 – 9 %
Fibra neutro detergente (FND): 35 – 45 %
Fibra ácido detergente (FAD): 18 – 25 %
Almidón: 30 – 40 %
Energía neta de lactancia (ENL): 1.5 – 1.7 Mcal/kg MS
Estos valores pueden variar según la variedad de maíz utilizada, las condiciones climáticas y el manejo del ensilaje.
El rendimiento en litros de leche con un ensilaje de maíz depende de su calidad nutricional y del manejo de la alimentación del ganado. En términos generales:
Un ensilaje de buena calidad, con un 30-40% de almidón y 1.5-1.7 Mcal/kg de energía neta de lactancia, puede aportar alrededor del 50-60% de la materia seca de la dieta de vacas lecheras de alta producción.
Se estima que por cada kg de materia seca de ensilaje de maíz consumido, una vaca puede producir entre 1.2 y 1.5 litros de leche, dependiendo de la calidad del ensilaje y el balance con otros ingredientes de la ración.
En sistemas bien manejados, una vaca de alta producción (30-40 litros/día) puede consumir 8-12 kg de materia seca de ensilaje de maíz al día, aportando una fracción significativa de su producción.
Las vacas en mantención, alimentadas exclusivamente con ensilaje de maíz, requieren consumir hasta 6.5 kilos de materia seca. Por otro lado, las vacas en producción necesitan consumir más de 6.5 kilos, y por cada kilo adicional de materia seca proveniente de este ensilaje, que contiene entre un 30% y un 40% de almidón, pueden producir entre 1.5 y 2.5 litros de leche.
Todos los métodos para medir la calidad del ensilaje de maíz requieren que la muestra que se analiza, sea representativa del ensilaje que se ofrece al animal, la clave para lograr esto es el muestreo, el 80% del error analítico está asociado a éste factor. La muestra debe homogeneizarse y embalarse en una bolsa plástica bien sellada con el fin de eliminar todo el oxígeno posible, para mantener así la condición anaeróbica del ensilaje y enviarse al laboratorio lo antes posible. Las muestras no se deben congelar, ya que el contenido de fibra aumenta artificialmente durante el proceso de descongelado, debido a la condensación de la proteína soluble con otros compuestos.
En conclusión, la calidad nutricional del ensilaje de maíz depende de una combinación de factores agronómicos y de manejo. La selección de la variedad adecuada, el momento de cosecha, el picado y compactado, el uso de inoculantes, el almacenamiento correcto y la prevención de micotoxinas son aspectos fundamentales para garantizar un forraje de alta calidad. Además, la realización de análisis nutricionales periódicos permite optimizar la alimentación del ganado y mejorar la eficiencia productiva. Implementar buenas prácticas en la producción de ensilajes contribuirá a mejorar la productividad del ganado y la rentabilidad de los sistemas de producción animal.
Para hacer el monitoreo de su ensilaje de maíz contáctese al Laboratorio de Forrajes de Cooprinsem labsuelosyforrajes@cooprinsem.cl teléfono: 64 2 254320 y solicite que un técnico especializado vaya a su campo a tomar la muestra. Con tecnología NIRS ofrecemos una completa evaluación nutricional y de fermentación, determinación de la digestibilidad de la fibra y del almidón, además contamos con un análisis rápido de micotoxinas a través del diagnóstico de ensayo inmunocromatográfico. Nuestro tiempo de respuesta para el análisis es de 24 a 48 horas desde recepcionada la muestra en el laboratorio.