Normativas Ambientales y su impacto en la Gestión de Purines en las Lecherías Chilenas

CAMILA BERRÍOS L.
Ingeniera Civil Agrícola
Product Manager Efluentes
Departamento de Riego y Purines
cberrios@cooprinsem.cl
Cooprinsem

MANUEL TRONCOSO P.
Ingeniero Civil Agrícola
Director Comercial
Departamento de Riego y Purines
mtroncoso@cooprinsem.cl
Cooprinsem

En Chile, la regulación de los efluentes generados por la actividad lechera, particularmente los purines, está guiada por un marco normativo robusto. En este artículo, abordaremos las principales normativas que afectan la gestión de purines en las lecherías chilenas, así como su impacto en la práctica cotidiana de los productores.

Introducción: Normativa Chilena Sanitaria y Ambiental

La normativa chilena es clara en cuanto a la regulación de descargas de contaminantes en aguas, abarcando tanto aguas superficiales como subterráneas. Los efluentes de lecherías, incluidos los purines, deben ser gestionados de manera que se cumpla con los requisitos de tratamiento y manejo establecidos por la legislación. Aunque los purines pueden reciclarse como fertilizante orgánico, su aplicación debe seguir buenas prácticas de manejo para evitar impactos negativos. A continuación, se describen las normativas más relevantes para la gestión de purines en lecherías.

Principales Normativas para la Gestión de Purines

  1. Código Sanitario: El Código Sanitario, en su artículo 71, otorga a la Autoridad Sanitaria la responsabilidad de aprobar proyectos relacionados con la evacuación, tratamiento y disposición de desagües y residuos. Prohíbe la descarga de aguas servidas y residuos industriales en cuerpos de agua sin un tratamiento adecuado. Las Secretarías Regionales Ministeriales de Salud (SEREMIs) son responsables de fiscalizar y sancionar las infracciones a este código. Las consecuencias de incumplir el Código Sanitario pueden incluir amonestaciones escritas, multas de hasta 1.000 UTM o la clausura del establecimiento.
  2. Decreto Supremo N° 90/2000: Este decreto establece normas de emisión para la regulación de contaminantes asociados a las descargas de residuos líquidos en aguas marinas y continentales superficiales. La Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) es la entidad encargada de fiscalizar el cumplimiento de esta normativa. El Decreto Supremo N° 90/2000 aplica a las actividades que descargan directamente residuos líquidos en cuerpos de agua superficiales y a aquellas que califican como Fuente Emisora, con base en los niveles de contaminación. Las infracciones pueden resultar en multas de hasta 1.000 UTM y, en casos graves, en la clausura de la actividad.
  3. Decreto Supremo N° 46/2003: Este decreto regula la emisión de residuos líquidos a aguas subterráneas, buscando proteger estos recursos esenciales para el abastecimiento de agua potable. La SISS, la Autoridad Sanitaria y la Dirección General de Aguas (DGA) son responsables de su fiscalización. Las consecuencias de incumplir esta normativa incluyen multas y, si es necesario, la clausura de la actividad.

Impacto en la Gestión de Purines:

En Chile, las normativas no establecen límites específicos sobre la cantidad o época de aplicación de purines al suelo, siempre que no contaminen cuerpos de agua. La legislación asegura que la aplicación no cause escurrimientos que afecten fuentes hídricas cercanas. Aunque no hay restricciones sobre el tipo de equipo para aplicar purines, se debe garantizar un manejo adecuado para prevenir impactos negativos.

La gestión de olores provenientes de purines no está específicamente regulada en Chile, pero la Autoridad Sanitaria puede intervenir si los olores afectan la calidad de vida. En tales casos, se aplica el Decreto Supremo N° 144/1961, que establece directrices para minimizar contaminantes atmosféricos.

No hay normativa sobre la mezcla de aguas sucias del lavado de equipos de ordeña con fecas y orina en pozos purineros, pero se deben considerar los efectos de productos químicos en el suelo. Aunque el Reglamento Sanitario de los Alimentos no especifica una distancia mínima entre el pozo purinero y la sala de ordeña, se debe evitar la contaminación de la leche.

Las aguas servidas humanas no deben mezclarse con purines por riesgos sanitarios. Los proyectos de lecherías nuevas deben pasar una evaluación ambiental según ciertos criterios, pero el manejo de purines no está sujeto a esta evaluación.

Recomendaciones en la aspersión de purines en la pradera:

Para una gestión eficaz y respetuosa con el medio ambiente, la elección de los equipos adecuados para la aplicación de purines es crucial. Entre las opciones recomendadas se encuentran:

  1. Carros Adcam y King Cobra de la marca Numedic: Estos equipos están diseñados para asperjar agua verde de manera eficiente y son reconocidos por su capacidad para trabajar en condiciones invernales sin dañar las praderas. Su diseño y tecnología avanzada permiten una aplicación uniforme y controlada de los purines.
  2. Carretes Purineros de la marca Bauer: Los carretes Bauer son ideales para la conducción y aplicación de purines, destacándose por su eficiencia al momento de aplicar purín crudo a la pradera. Estos equipos son conocidos por su capacidad para operar de manera autónoma y su resistencia en condiciones adversas.
  1. Los carros purineros siempre han sido nuestros aliados en la aplicación de purín crudo. Gracias a la tecnología innovadora que Bauer incorpora, ahora es posible no solo asperjar, sino también inyectar los purines en el suelo, lo que reduce la emisión de olores y evita el escurrimiento superficial.

Ambos tipos de equipos ofrecen ventajas significativas en términos de manejo y protección ambiental, asegurando que la aplicación de purines se realice de manera efectiva y respetuosa con el entorno.

 

Conclusión

Las normativas ambientales en Chile juegan un papel crucial en la gestión de purines en las lecherías. Aunque no limitan directamente la cantidad, época o tipo de equipo para la aplicación de purines, aseguran que su manejo no afecte negativamente a los recursos hídricos y al medio ambiente. La fiscalización y el cumplimiento de estas regulaciones son esenciales para una gestión sostenible y responsable de los purines, promoviendo prácticas que beneficien tanto al medio ambiente como a la productividad lechera.