alejandro benavides casas
Gerente de personas
Estimados socios y clientes,
En el dinámico mundo laboral actual, la construcción de ambientes de trabajo más saludables se ha vuelto una prioridad. En este contexto, la Ley 21.643, conocida como “Ley Karin”, (en honor a Karin Salgado, trabajadora del área de la salud que se suicidó producto del acoso laboral sufrido por parte de colegas y superiores) está vigente a partir de agosto de este año.
Esta ley incorpora cambios significativos al código del trabajo y otras normativas, los que tienen como directriz principal prevenir, investigar y sancionar las conductas de acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo. Siendo este último concepto el que agrega a terceros, ajenos a la relación laboral, en las medidas que las empresas deben implementar. Además, elimina el requisito de reiteración para considerar dichas conductas en la activación de los protocolos que se establezcan.
Uno de los aspectos importantes de la ley es el fortalecimiento de los canales de denuncia. La Ley Karin asegura que los trabajadores puedan reportar casos de acoso con la certeza de que serán escuchados y que sus denuncias serán tratadas con seriedad y confidencialidad. Este aspecto es crucial para fomentar una cultura de transparencia.
Sin embargo, más allá del establecimiento de protocolos claros y accesibles, de que los canales de denuncia sean efectivos, que las investigaciones se cumplan en los plazos establecidos y que se apliquen las sanciones correspondientes, las empresas deben fortalecer un enfoque proactivo en la prevención, minimizando el riesgo de que situaciones de acoso lleguen a materializarse, promoviendo conductas que prioricen el respeto y la dignidad de sus trabajadores. En un entorno donde el bienestar de los trabajadores se valora y se protege, se genera una mayor cohesión, productividad y satisfacción laboral.
La Ley Karin es un avance significativo hacia la toma de conciencia para promover un entorno laboral más respetuoso, en que más allá de las caricaturas que se hagan sobre ella, nos invita a mantener espacios de diálogo abierto y de formación continua para que el respeto sea parte integral de la cultura organizacional. Actividades de sensibilización, talleres de comunicación efectiva y la creación de espacios seguros para expresar preocupaciones, son herramientas vitales para construir un ambiente de trabajo saludable y preventivo.
Agradezco a todos quienes participaron de las charlas de primavera, impulsadas por nuestra Directora de Relaciones Corporativas, en que dentro de otros temas laborales conversamos sobre la Ley Karin y la importancia del respeto entre las personas como su pilar fundamental de prevención.
El respeto hacia los demás es una de las principales formas de respeto hacia uno mismo. (Bernard Meltzer).