Nutrición y manejo alimentario de terneras

Paulina Campos B.
Médico Veterinario
Asesoría en Crianza
Unidad de Nutrición Animal
pcampos@cooprinsem.cl
Cooprinsem

Matías San juan G-H.
Médico Veterinario
Ruminant Technical Manager
m.sanjuan@josera.de
LATAM JOSERA

NUTRICIÓN DE TERNERAS

Desde el nacimiento a los tres meses de vida es el periodo más crítico en la vida de una ternera, ya que debe pasar por numerosos cambios fisiológicos, desafíos ambientales y estrés, los que pueden afectar su desarrollo. Particularmente su nutrición es un factor vital de abordar, porque dependiendo de los manejos que se realicen, contribuye a la obtención del éxito esperado.

La nutrición de la ternera recién nacida comienza con la ingesta de calostro, en cuanto a calidad, cantidad y lo antes posible, siendo este manejo crítico para su salud. Sin embargo, la nutrición propiamente tal, que va desde el término del consumo de calostro hasta el destete, también juega un rol importante en el desarrollo de la ternera que repercutirá en su vida productiva. Revisaremos los aspectos nutricionales y de manejo alimentario a tomar en cuenta para obtener un resultado exitoso.

Requerimientos nutricionales

Durante las primeras 3 semanas de vida, los requerimientos de energía deben obtenerse a través de la leche entera o el sustituto lácteo ya que las terneras generalmente no consumen mucho concentrado dentro de este período. Tradicionalmente a una ternera recién nacida se le proporcionan 4 litros de leche o sustituto lácteo. Esto equivale al 10% en volumen de peso al nacer para una ternera de 40kg. Sin embargo, no todas las terneras pesan 40kg y las terneras más pesadas requieren más nutrientes para cumplir con la energía básica.

Las directrices de la NRC 2001 indican que las terneras que pesan 45kg tienen un requerimiento diario de energía metabolizable de 1,74 Mcal. La leche entera contiene alrededor de 0,51 Mcal por litro, por lo tanto, una ternera de 45kg requeriría 3,4 L de leche entera sólo para cumplir con los requisitos de energía de mantenimiento para las funciones básicas. Se necesita energía adicional para el crecimiento y desarrollo de los huesos y músculos y sólo los nutrientes que exceden los requisitos de mantenimiento pueden apoyar el crecimiento. Por lo tanto, un suministro inadecuado de energía tendrá efectos negativos en el desarrollo de las terneras.

Las primeras tres semanas de vida también son un momento en que las terneras son más vulnerables a los cambios en las temperaturas ambientales. Durante este tiempo, su temperatura crítica más baja está entre 10 y 15°C, lo que significa que en temperaturas por debajo de esta energía se desvía del crecimiento y el desarrollo y se utiliza para mantener la temperatura corporal. Para ayudar a mitigar los efectos de las bajas temperaturas, una opción es aumentar la alimentación de leche o sustituto. Otra opción es proporcionar a las terneras una fuente de calor externa, como una lámpara de calor o abrigo adicional con una capa o manta. Las terneras no provistas de una fuente de calor muestran signos de comportamiento de hambre y consumen más concentrado como un medio para tratar de aumentar la ingesta de energía, pero no confundir ya que sólo aumentan el consumo con el fin de mantener los requerimientos básicos de energía.

Sustituto lácteo vs leche entera

La leche entera puede tener una mayor densidad de energía en comparación con el sustituto, y es superior en términos de digestibilidad, particularmente en terneras menores de 3 semanas de edad. Sin embargo, puede ser más costoso alimentar con leche entera en comparación con los precios de la leche vendible y existe un mayor riesgo de transmisión de enfermedades. Además, se ha sugerido que los altos niveles de grasa en la leche entera retrasan la ingesta de alimento sólido y el desarrollo del rumen, mientras que las proteínas de leche digestibles en el sustituto se pueden ajustar para fomentar la absorción inicial.

Los beneficios de la alimentación con sustituto son la consistencia de la energía y contenido de vitaminas y minerales del alimento y el menor riesgo de enfermedad. Sin embargo, cuando se trata de sustitutos lácteos es importante evaluar la calidad de los ingredientes con que está formulado el producto.

Los sustitutos lácteos son muy variables en las especificaciones, oscilando entre 16-28% de grasa y 19-28% de proteína en función de los requisitos específicos, los métodos de aplicación y los objetivos.

En cuanto al perfil nutricional e ingredientes, se recomiendan para esta etapa sustitutos que contengan la mayor cantidad de proteína digestible posible, ya sea esta de origen lácteo o vegetal (Ver cuadro 1).

En cuanto al contenido de lactosa, que comúnmente lo va a determinar el origen del suero lácteo utilizado, se recomienda que no sea mayor a un 40%, esto es debido a que la lactosa genera un aumento en la osmolaridad intestinal aumentando las probabilidades de causar diarreas de tipo nutricional (Etecheverry-Munera 2021). La leche entera tiene entre 34-38% de Lactosa, con una mayor cantidad de % de grasa que compensa su densidad energética.

Nivel de alimentación líquida

Las terneras deben ganar al menos 0,6 kg/día en los primeros meses de vida para lograr los objetivos de crecimiento para la reproducción. Sin embargo, se pueden lograr tasas de crecimiento más altas, vinculadas a mejoras en el rendimiento futuro, alimentando más de los 4 L/día tradicionales, alimentando una mayor concentración de sustituto (si el tipo de sustituto lo permite) o mediante una combinación equilibrada de mayor volumen y concentración de sustituto. Suministro de mayores volúmenes de sustituto aumentan la ingesta de nutrientes de la ternera y, por lo tanto, permiten un mayor aumento de peso vivo y puede resultar en una mejor eficiencia de conversión alimenticia.

Una preocupación es que el aumento en el consumo de sustituto tiene una tendencia a reducir la ingesta de concentrados, lo que podría afectar el desarrollo y el rendimiento del rumen en el período posterior al destete, pero los planes nutricionales orientan al consumo de una mayor cantidad de leche hasta el día 45, para luego comenzar a bajar progresivamente el consumo de la dieta líquida para dar paso a un mayor consumo de concentrado inicial.

En términos generales una ternera debería consumir 6 litros al día de sustituto con un 20% de proteína y 20% de grasa, a una concentración de 140-150 grs/lts/agua, para poder cumplir con los objetivos de crecimiento.

Agua

El agua es un nutriente crítico para los terneros y puede ser ofrecida tempranamente a partir del tercer o cuarto día de vida. Las bacterias ruminales deben contar con agua para digerir el alimento y la leche o sustituto no cuentan como ésta, ya que no llegan al rumen, si no al abomaso. Se debe proporcionar agua limpia y fresca en todo momento, ya que el consumo de concentrado es dependiente del acceso al agua. El acceso al agua tiene directo impacto en el crecimiento de las terneras, ya que un estudio evidenció un aumento del 38% en ganancia de peso en grupo de terneras menores de 30 días que tuvieron acceso al agua en relación al grupo que se le restringió, expresado por un mayor consumo de concentrado (ver cuadro 3).

Alimentación sólida

Las terneras no consumen mucho alimento concentrado en las primeras semanas de vida. Sin embargo, pequeñas cantidades alimento concentrado fresco deben ser proporcionados diariamente desde la primera semana de vida con el fin de fomentar el consumo. La alimentación manual con una pequeña cantidad de concentrado después de la alimentación líquida puede ayudar a estimular el interés de la ternera y fomentar el consumo.

El estimular tempranamente el consumo de concentrado (a partir del tercer día de vida) tiene impacto directo en el desarrollo del rumen, dado que la fermentación del concentrado por parte de las bacterias ruminales produce ácidos grasos volátiles que van a estimular el crecimiento de las papilas ruminales, aumentando la superficie de absorción del rumen.

Se prefiere que la ración sólida sea con concentrados pelletizados entre 3-5 mm. Raciones de materias primas mezcladas pueden generar problemas respiratorios por la alta cantidad de polvo presente y permitir la selección por parte de la ternera.

Las raciones de inicio deben tener un contenido de energía de no menos de 2,8 Mcal/kg en base a materia seca y deben contener entre 18-20% de proteína cruda (NRC 2001).

MANEJO ALIMENTARIO

Factores a considerar

La alimentación artificial de terneras debe considerar varios aspectos para lograr un adecuado resultado, ya que es muy dependiente de la persona que la realiza, así como también de las condiciones con que se cuente para ello.

• Calidad de agua

La calidad bacteriológica del agua es un punto clave, ya que el agua contaminada con coliformes o E.coli es un factor de riesgo de diarreas.

Es importante hacer un chequeo en laboratorio si se tienen dudas respecto de la calidad microbiológica del agua. Esto es particularmente importante si se utiliza sustituto lácteo.

• Consistencia en la preparación de la leche

Si se trabaja con sustituto lácteo, este debe ser preparado siempre a la misma temperatura (°C), concentración (gr/lt) y ofrecer la misma cantidad (lt) por ración a las terneras en cada toma. Esto ayudará a prevenir diarreas alimentarias por cambios de temperatura, volumen o concentración.

• Orden de alimentación

Es recomendable mantener siempre el mismo orden de alimentación, ya que esto asegura que la leche siempre llegará a la misma temperatura al ternero. Lo ideal es comenzar alimentando a los terneros más pequeños puesto que son más sensibles al estrés por hambre y luego continuar con los terneros mayores.

• Estado de los chupetes

Los baldes alimentadores, especialmente los chupetes deben estar en perfecto estado, es decir, al llenar el balde los chupetes no deben gotear.

Los chupetes gastados significan pérdida de leche por goteo, por lo tanto las terneras no tomarán adecuadamente su ración. Además se mojará el corral humedeciendo la cama, atrayendo moscas y mal olor.

Por otra parte las terneras que toman leche de chupetes gastados no logran satisfacer adecuadamente su necesidad de succión, por lo tanto se notará un aumento de la conducta de chupeteo entre terneros (orejas, prepucio, ombligo).

• Limpieza de los baldes alimentadores

La limpieza y desinfección de los baldes y utensilios donde se prepara la leche debe ser realizada luego de cada uso y a conciencia.

Este es un punto crítico dentro de los manejos, ya que representa una medida de prevención de potenciales enfermedades, especialmente diarrea.

Lo principal es remover la grasa de la leche que se acumula, por ello se debe utilizar agua caliente y detergente acompañado de una escobilla. Luego del enjuague se procede a la desinfección donde puede usar cloro, dejándolo actuar por 30 minutos.

• Uniformidad de los lotes

Cuando se trabaja con baldes alimentadores colectivos, es importante manejar un grupo de terneras de tamaño homogéneo, para evitar competencia al momento de tomar la leche (terneras más grandes tomarán más leche que las más pequeñas, limitando su consumo). Esta recomendación es particularmente importante cuando se trabaja con carros alimentadores en potrero.

• Nivelación de baldes

Los baldes alimentadores deben quedar muy bien nivelados para que la leche se distribuya equitativamente a todas las terneras y todas alcancen a tomar la misma ración al mismo tiempo. Fallas aquí determinan crecimientos disparejos en el grupo de terneras, por lo tanto se debe prestar atención a este detalle. También considerar este punto cuando se trabaja con carro alimentador en potrero.

• Chequeo de consumo diario en caso de alimentador automático

La revisión diaria del consumo individual de cada ternera es necesario dado que entrega información relevante para evaluar, por ejemplo el estado de salud de un animal, ya que cuando aparece una enfermedad, el consumo de ración baja o simplemente no se registra visita a la estación, lo que permite actuar tempranamente frente a un caso.

En resumen, la nutrición y manejo alimentario de terneras es un proceso que requiere tener claridad de los requerimientos de los animales para así entregar los alimentos que necesitan de acuerdo a su etapa de desarrollo y condiciones ambientales. Así también considerar medidas de manejo en ternerera, que ayuden a mejorar la entrega de los alimentos para que los esfuerzos y recursos invertidos en esta etapa tengan el resultado esperado al momento del destete.