Yanira Matus O.
Ing. Agrónoma UACH
I + D PASFER Chile
Especialistas en Bioestimulación Vegetal
El uso de productos bioestimulantes en nuestro país ha tomado gran participación en los últimos 5 años en los campos lecheros y ganaderos, lo que se debió principalmente a precios más accesibles, producto de la situación global que se vivió en las importaciones a nivel nacional.
Si bien estas tecnologías ya vienen aplicándose a los campos de Chile en el área frutícola desde hace 15 años, el área de producción de leche y carne se encontraba muy alejada de estas herramientas, las que actualmente han ido aumentando su participación como herramienta para potenciar la producción de praderas, cereales, crucíferas y tubérculos.
Muchas veces se piensa, equivocadamente, que los productos bioestimulantes son reemplazo de la fertilización mineral, pero lo cierto es que la bioestimulación es en realidad un complemento beneficioso para los cultivos ya que se encuentran orientado a maximizar el potencial genético de la planta, mientras que la fertilización mineral lo hace al suelo.
Todos lo vegetales presentan un potencial genético y productivo que se ve interrumpido por la nutrición inadecuada y muchas veces por el uso errado en las dosis de plaguicidas que interrumpen el metabolismo de la planta que interfieren en el crecimiento y desarrollo del vegetal. Podemos identificar uno primario y otro secundario.
Metabolismo primario
El metabolismo primario desencadena la vida del vegetal dado que involucra los procesos vitales de: fotosíntesis, respiración, asimilación de nutrientes, además de la síntesis de proteínas y carbohidratos.
De este mecanismo se obtienen compuestos como: aminoácidos, nucleótidos, azucares, lípidos y proteínas. De los cuales dependerán los procesos de crecimiento y desarrollo del vegetal.
Metabolismo secundario
En este proceso se desencadenan rutas metabólicas cruciales de supervivencia y adaptación al entorno como por ejemplo el mecanismo SAR (Sistema de Resistencia Adquirida) que tiene que ver con el mecanismo de defensa de la planta contra herbívoros, atracción de polinizadores y dispersión de semillas.
Por este mecanismo la planta genera alcaloides, terpenoides y fenoles.
Hoy en día, el uso de bioestimulantes permite obtener compuestos como aminoácidos, azúcares, carbohidratos y atrayentes de polinizadores. Estos compuestos, que la planta produce de forma natural, se extraen mediante tecnología de otras plantas o, más comúnmente, de algas marinas. Una vez extraídos, se aplican al cultivo de manera foliar, lo que facilita su rápido ingreso a las rutas metabólicas de la planta con un mínimo gasto de energía.
Las algas marinas contienen los 22 aminoácidos esenciales de los vegetales, y que hoy en día la tecnología nos permite extraer para posteriormente formular un producto para ser aplicado a los cultivos, y con ello mantener una planta vigorosa y altamente productiva.
Como se absorben los bioestimulantes
Se absorben a través de las estomas de las hojas y rápidamente son traslocados al citoplasma celular. Si bien cada elemento tiene su tiempo de ingreso desde que toca la cutícula hasta llegar al interior de la célula, hoy la tecnología permite trabajar con tamaño de partículas tan pequeñas de las moléculas que queremos ingresar a la planta y mucho más rápido cuando son quelatadas (Tabla 1).
Dedicados a la bioestimulación de los cultivos y al buen uso de los suelos agrícolas
El uso de bioestimulantes en praderas, cereales, crucíferas y cultivos anuales, permite desarrollar al máximo el potencial genético y productivo de la planta, aumentando su metabolismo y la eficiencia en el uso de los recursos nutricionales y de esta manera disminuir las dosis de los fertilizantes aplicados.
Si bien el uso de bioestimulantes se puede utilizar, en algunos casos, como única herramienta nutricional, estimulando solamente la producción de tejido foliar, lo cierto es que asociada a la fertilización mineral, son dos herramientas extraordinarias y complementarias para la producción vegetal, puesto que la fertilización mineral permite aumentar la disponibilidad de nutrientes en el suelo, mientras que la bioestimulación permite que la planta desarrolle su genética productiva maximizando la eficiencia de absorción y de utilización de los elementos minerales.