En honor a Don Humberto Smulders Schoenmakers,un referente del trabajo y los valores  de Cooprinsem.  

Es importante destacar que en el desarrollo de Cooprinsem ha sido fundamental la calidad de las personas que han contribuido con su trabajo y dedicación a ser lo que somos hoy. Por ello queremos hacer este homenaje de reconocimiento a don Humberto Smulders Schoenmakers.

En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial nace el 10 de mayo de 1940 en el Pueblito de Oisterwijk, sur de Holanda. Fallece en Puerto Varas el 01 de mayo de 2023, sur de Chile.

Hijo de Johanna María Schoenmakers y Johannes Smulders, ambos holandeses. La familia vivió en Holanda en una bella casa junto a sus siete hijos. A pesar de estar en guerra, nunca les faltó el alimento. Ellos se abastecían gracias a las personas locales que cultivaban la tierra. Oisterwijk, entonces, era un lugar rodeado de bosques, lagos y lagunas que se congelaban durante el invierno, en donde ellos practicaban patinaje.
Marioly, hija de don Humberto, nos relata que él recordaba aún el ruido de las sirenas que advertían posibles bombardeos. También, cómo su mamá los llevaba rápidamente al sótano para que estuvieran seguros. En su inocencia de niños ellos vivían todo esto como una gran aventura.

Su madre, Johanna Maria Schoenmakers

En la cotidianeidad, los niños se sentaban alrededor de su mamá y la escuchaban tocar el piano. Su papá, tocaba el violín para calmarlos. Don Humberto heredó el amor por la música y la cultura, que conoció desde su infancia. Tocaba el piano perfectamente, hablaba varios idiomas y disfrutaba mucho la lectura.

Cuando tenía 6 años, el 25 de agosto de 1946, murió su mamá por falta de medicamentos como consecuencia de la guerra. Posterior a ello, en la post guerra, estuvieron en conversaciones con unos sacerdotes holandeses que vivían en Chile, quienes necesitaban profesionales con experiencia en construcción de iglesias. Ellos le propusieron a don Johannes Smulders, que era constructor con experiencia en esta área, venirse a vivir a Chile. Esto motivó a la familia a emigrar a nuestro país.

El viaje fue en barco. Arribaron en la nave francesa “La Campana”, que llegó a Buenos Aires, Argentina. Continuaron su viaje a Chile en tren hasta Santiago, posteriormente a Osorno hasta que, finalmente, llegaron en una góndola hasta Puerto Octay el 30 de mayo de 1950.

Esta familia holandesa llegó a revolucionar el pueblo con sus bicicletas y travesuras. Fueron muy queridos por su entusiasmo y alegría. Se divertían intercambiando paseos en bicicleta por paseos en caballo, por ejemplo.

En Puerto Octay, don Humberto conoció a su amada esposa: la Sra.Teresa Loebel Kuschel. Estuvieron de novios por 9 años y se casaron en 1967, para estar unidos toda la vida. De su matrimonio nacieron dos hijas, Marioly y Jeannette, ellas les regalaron grandes alegrías como hijas y a través de sus nietos, Conty, Benja, Barbarita y Catita.

A ambos se les iluminaban sus caras cuando hablaban de ellos, orgullosos de cada uno.

Su hermano Tony lo describió como el más tranquilo de los Smulders Schoenmakers. De personalidad agradable, hospitalario, querendón de todos, trato digno, sin discriminar, interesado en los demás, pícaro, alegre, muy responsable y amador de su Teresita.

Don Humberto hizo la preparatoria en Puerto Octay y los estudios de Humanidades en el Colegio San Mateo en Osorno. Su vocación por ser Médico Veterinario lo lleva a rechazar una beca para estudiar Médicina en la Universidad Catolica de Santiago, entrando el año 1961 a estudiar Medicina Veterinaria la Universidad Austral de Chile en Valdivia.

Años después, se tituló de Médico Veterinario Licenciado en Ciencias Pecuarias. En Valdivia vivió en el Pensionado Juan 23, donde conoció amigos que lo acompañaron por muchos años. Siempre fue muy independiente y esforzado. Trabajó en el Liceo Nocturno, haciendo clases de Química y Biología.

Por varios años trabajó en terreno como Médico Veterinario Clínico en Chiprodal Llanquihue. En 1970 se hizo cargo de la Jefatura Servicio Agropecuario Veterinario en dicha zona.

Para don Humberto nunca hubo horario. Atendió urgencias a la horas más increíbles y muchas veces con su familia lista para ir a una celebración de fin de año.

El 01 de marzo de 1974, don Humberto Smulders Schoenmakers se incorporó al equipo de Cooprinsem. En julio de 1978 asumió como Jefe de Programa de Asistencia Técnica y como Jefe de la Sucursal de Cooprinsem Puerto Varas, la primera de las sucursales con la que contó la Cooperativa. Fundada en marzo de 1974 como una oficina de coordinación de un grupo de Médicos Veterinarios de Llanquihue y Puerto Varas, que se desempeñaban en el convenio Corfo Socoagro.

En 1994 asume el cargo de Agente Zonal Sur de Cooprinsem, donde además de Puerto Varas, se hace cargo de la gestión y desarrollo de las sucursales de Frutillar, Puerto Montt y Los Muermos, donde trabajó hasta el 31 de diciembre de 2005.

Don Humberto siempre estuvo dispuesto a ayudar a los demás. Ya sea como Médico Veterinario, pero también como parte de la comunidad. Durante la década de los 90, fue Presidente del Consejo Regional Llanquihue, Colegio Médico Veterinario de Chile A.G. En noviembre de 2002, recibió por parte del Colegio Médico Veterinario de Chile,. A.G el “Premio a la Actividad Profesional Dr. Hugo K. Sievers Wilcke “ siendo declarado Miembro distinguido de la Orden, por su aporte como profesional destacado.

En 2007 recibió un premio por parte de la Sociedad Chilena de Buiatría por su Distinción Profesional. Desde 1991 estuvo en distintos cargos en el Directorio en Fundación Hospital San José Puerto Varas. En los años 2000 a 2007 fue Presidente de esta Clínica, siempre trabajó y dio lo mejor de sí en todo lo que hizo.

Don Humberto, por su trayectoria, dejó un sello y un legado a las generaciones que continuamos en Cooprinsem:
“Lo primero es que no olviden el esfuerzo de los ejecutivos que partimos con este reandar de Cooprinsem. El sacrificio familiar, los momentos difíciles en lo económico. Es decir, lo que ven hoy, es el fruto del sacrificio, la constancia y la inteligencia aplicada en llevar la empresa a lo que actualmente es. Los invito a mantener la cordialidad y la buena relación entre el personal, para que Cooprinsem continúe siendo una gran familia, tal cual ha sido hasta ahora”.

Don Humberto Smulders fue un pilar fundamental, un fiel reflejo de los valores de Cooprinsem que son la integridad, honestidad, confiabilidad, compromiso, responsabilidad y respeto de nuestra historia.

Un hombre recto, noble, honorable, valiente, protector y generoso. Para todos nosotros fue un privilegio haberlo conocido y haber trabajado con Él. Siempre estaremos agradecidos y guardaremos sus consejos.

Descanse en paz junto a su amada esposa.